La incorporación de herramientas de inteligencia artificial (IA) y bioinformática está transformando el desarrollo de vacunas, permitiendo identificar de forma más ágil y precisa los componentes clave de un patógeno. Mediante algoritmos predictivos, análisis de secuencias genéticas y modelado estructural, estas tecnologías permiten diseñar candidatos vacunales eficaces sin necesidad de procesos experimentales tradicionales, acelerando el tiempo de desarrollo y aumentando la seguridad del producto final.